Trastorno del Espectro Autista: Cómo Identificarlo y Abordarlo en la Adultez

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) ha sido históricamente asociado a la infancia, pero en los últimos años ha cobrado relevancia en la población adulta. Aunque existen pocos estudios sobre su prevalencia en adultos, se estima que afecta al 2,21% de la población. En niños, en cambio, se calcula que 1 de cada 59 recibe este diagnóstico.

A medida que aumenta la conciencia sobre el TEA en la adultez, cada vez más personas buscan respuestas a síntomas que han experimentado toda su vida. Para profundizar en este tema, conversamos con la Dra. Erika Villegas, neuróloga especialista en adultos.

 

¿Qué es el TEA?

La Dra. Villegas explica que el TEA es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta desde la infancia y persiste a lo largo de la vida.

“El TEA se caracteriza por dificultades en la comunicación e interacción social, junto con patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses y actividades, presentes desde una edad temprana”, señala la especialista.

 

Alteraciones a nivel cerebral

El TEA está asociado a alteraciones en el desarrollo y funcionamiento de la corteza cerebral, lo que afecta principalmente la función sináptica, es decir, la comunicación entre las neuronas. Esto impacta la manera en que una persona procesa la información, regula sus emociones y responde a estímulos externos.

Además, se han observado patrones anormales de conectividad cerebral, lo que puede influir en la rigidez cognitiva, la sensibilidad sensorial y las dificultades en la interacción social características del TEA.

¿Qué lo causa?

Si bien no existe una causa única, la evidencia indica que el TEA tiene un fuerte componente genético. Se considera una condición poligénica, lo que significa que múltiples genes están involucrados en su desarrollo. Hasta ahora, se han identificado más de 100 genes asociados al TEA.

Además, ciertos factores ambientales podrían contribuir, entre ellos:

Hipoxia neonatal (falta de oxígeno en el nacimiento).

Edad avanzada de los padres al momento de la concepción.

Obesidad materna durante el embarazo.

Intervalo corto entre embarazos, entre otros. 

 

Señales en la adultez

Identificar el TEA en adultos puede ser un desafío, ya que sus síntomas pueden confundirse con ansiedad, depresión u otros trastornos.

Según la Dra. Villegas, las señales más frecuentes incluyen:

✔️ Dificultades en la interacción social, como problemas para iniciar o mantener relaciones.

✔️ Desafíos persistentes en la comunicación, como interpretar lenguaje no verbal o entender el sarcasmo.

✔️ Patrones de comportamiento repetitivos, resistencia al cambio e intereses restringidos.

 

Mitos que confunden

 

Existen varios mitos sobre el TEA que pueden generar desinformación. La Dra. Villegas aclara algunos de los más comunes:

“Las vacunas causan autismo” → Esto ha sido desmentido científicamente.

“El TEA tiene cura” → No es una enfermedad, sino una condición del neurodesarrollo.

“Las personas con TEA prefieren estar solas” → Muchas desean socializar, pero encuentran dificultades para hacerlo.

Importancia del diagnóstico y tratamiento

 

Recibir un diagnóstico de TEA en la adultez puede ser un punto de inflexión. Comprender la propia neurodivergencia ayuda a explicar desafíos vividos durante años y abre la puerta a estrategias para mejorar la calidad de vida.

El diagnóstico no solo brinda alivio, sino que también abre oportunidades de crecimiento y bienestar. Como concluye la especialista: “Entenderse a uno mismo es el primer paso hacia una vida más plena”.

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